"Un amor" lleva la incomodidad a las salas del cine
La película “Un amor”, estrenada el pasado 10 de noviembre en cines, es incapaz de dejar indiferente.
Created Nov 18, 2023 - Last updated: Nov 18, 2023
La película Un amor, estrenada el pasado 10 de noviembre en cines, es incapaz de dejar indiferente. Esta adaptación de la novela con el mismo nombre escrita por Sara Mesa, publicada en el 2020, y dirigida por Isabel Coixet, mete el dedo en la llaga de aquellos que no conciben el amor como algo descarnado o dependiente. A través de la historia de Nat, la protagonista del metraje, Coixet denuncia la realidad que muchas mujeres viven a diario.
Nat, representada en la pantalla por la majestuosa interpretación de Laia Costa, es una mujer que huye de su vida anterior como traductora en una oficina de inmigración y se muda a La Escapa, un pequeño pueblo de la Rioja. Nat tendrá que aprender a convivir con sus vecinos, los cuales pueden ser considerados pequeños clichés andantes. Píter (Hugo Silva), el artista que no ha llegado a nada en la vida, Lara (Ingrid García Jonsson) y Carlos (Franceso Carril), la pareja ultra convencional que hablan a sus hijas en inglés y en español porque piensan que los idiomas son lo más importante, o el casero, que no hace más que hacerle la vida imposible al protagonista, encarnado por Luis Bermejo. Entre ellos, Nat tendrá la suerte o la desgracia de toparse con Andreas, apodado como el Alemán. Este personaje interpretado de manera magistral por Hovik Keuchkerian será la gota que colmará el vaso en la nueva vida de la protagonista, metiéndola en una relación que le hará plantearse qué tipo de mujer es.
El Alemán hará una proposición un tanto extraña a Nat. Intercambiar su trabajo arreglando unas goteras a cabio de sexo. Con la frase de “Yo puedo arreglarte las goteras a cambio de que me dejes entrar en ti un rato”, de lo más explícito y descarnado que se ha visto en las películas de Coixet, Nat entrará en una relación de dependencia y obsesión, la cual supondrá su caída en picado hacia la locura.
Esta película provoca una especie de angustia generalizada en el espectador, haciendo que no se sienta cómodo en su asiento a través de las escenas de sexo, muy explicitas e incluso desagradables de ver, las imágenes del pueblo que trasmiten una soledad que rompe a quien las vea o incluso la música ambiente, la cual parece una premonición de que algo horrible está a punto de ocurrir.
A través del pequeño pueblo de la Rioja, Coixet ha conseguido plasmar casi a la perfección la cantidad de micromachismos con los que las mujeres conviven. Desde la malinterpretación de que por pasar tiempo con un hombre signifique que se esté dispuesta a acostarse con él, la preocupación de que Nat esté viviendo sola ante el peligro (¿qué peligro?), o con el tema central de la película, el intercambio del propio cuerpo por uno u otro servicio.
Es una película áspera, incómoda de ver, pero a la vez atrapa a quien la esté viendo dentro de su trama. Es como cuando uno quiere dejar de ver algo, pero no puede apartar la mirada. Aun en los momentos de menos tensión, como cuando una vecina mayor a la que Nat cuida dice la frase “Hay mucha monja que fuma y hay mucha puta que reza”, la sala rompe en una risa nerviosa, como intentando liberar la incomodidad y la inquietud que se ha ido construyendo durante el metraje.
Aunque la última escena deje descolocado al espectador y no entienda muy bien por qué mira a Nat bailar durante 3 minutos con el pueblo de La Escapa a sus pies, Un amor, es una película que aun sin ser agradable de ver, te deja con ganas de más.