Sobre *Retratos y Encuentros* de Gay Talese
El libro de Retratos y Encuentros de Gay Talese debería ser de obligada lectura
Created Nov 18, 2023 - Last updated: Nov 18, 2023
Gay Talese nació en Ocean City, Nueva Jersey. Ha escrito muchos libros entre los que destacan Honrarás a tu padre o La mujer de tu prójimo, donde evidenció los problemas de la sociedad de la época. Trabajó como periodista en The New York Times, aunque también en The New Yorker, Esquire o Harper´s Magazine entre otros medios. Publicó su crónica más famosa, Frank Sinatra está resfriado, en Esquire convirtiéndose en un periodista y escritor muy reconocido.
La descripción anterior se queda corta para la vida y capacidad de este autor. Creo que incluso el gran Gay Talese se quedaría corto explicando su afición y trayectoria dentro del mundo de las letras. Este fue uno de los padres de lo que ahora se denomina Nuevo Periodismo. A este personaje la manera de escribir en los periódicos le parecía poco, quería algo más. Y lo consiguió. El Nuevo Periodismo se caracteriza por unir literatura con información. Contar historias reales y de interés, pero usando herramientas típicas de la literatura. Con esto, la línea tan marcada de lo que es periodismo y es literatura queda algo más difusa, dando mayor libertad al escritor/periodista a la hora de desenvolverse en el texto.
En sus escritos se nota que Gay Talese fue el padre de este movimiento, porque, aunque sus textos sean periodísticos, te atrapan como una novela de ficción. Aprende a jugar con el interés del lector de una manera casi cruel, haciendo que no puedas dejar de leer sus distintos reportajes y crónicas.
En el libro Retratos y Encuentros se hace una selección de los mejores, o por lo menos más característicos escritos de este autor. En él se encuentran grandes bombazos como Frank Sinatra está resfriado, aunque también hay otros textos que, aunque sean menos conocidos gozan de la misma maestría al escribirlos, como por ejemplo Don malas noticias, Orígenes de un escrito de no ficción, Nueva York, ciudad de cosas inadvertidas … Ya solo con los títulos se puede intuir que, aunque las historias que estamos a punto de adentrar son reales y veraces, van a ser contadas de una forma a la que no estamos acostumbrados.
Para este ensayo he decidido centrarme en los textos que más me han impresionado dentro de la antología, ya que el libro se compone de 14 textos. Aquí se explicarán 6 de ellos.
En primer lugar, el texto Frank Sinatra está resfriado marcó un antes y un después en lo que a perfiles de personajes se refiere. Por eso lo he escogido. Lo gracioso de esta historia es que Gay Talese no tenía acceso directo a Frank Sinatra, y tuvo que ingeniárselas para averiguar todo lo posible sobre su persona. Hizo uso de su entorno, sus amigos, sus trabajadores, sus romances o sus encuentros fortuitos en los bares que más visitaba de Nueva York para ver cómo se movía, cómo actuaba, cómo era. Y consiguió hacer el mejor perfil de Frank Sinatra que nunca se ha hecho. En este texto consigue hacer un retrato casi perfecto del personaje a través de las palabras y las anécdotas que muestra. Así demuestra la capacidad de análisis que tenía Gay Talese. No solo era un hombre con facilidad para la escritura, era un hombre que sabía mirar, que sabía a qué prestar atención.
Esta capacidad de saber siempre lo que hay que mirar también ayudó a Gay Talese a encontrar historias que aparentemente carecían de importancia. Supo contar historias desde otra perspectiva, como es el caso de su crónica titulada El perdedor. En ella relata la vida que lleva en boxeador Floyd Patterson, que no es necesariamente de los más famosos. Por ello, puede que entrar en su vida y en su manera de pensar sea mucho más fácil. Una persona que no tiene siempre el foco encima de su cabeza suele poner mayor facilidad para conocerle. No tienen tanto miedo de dejar entrar a alguien. Gay Talese aprovechó esto para hacer casi una fotografía, tanto de los pensamientos, como de la vida del boxeador. Muestra la relación que tiene con su familia, lo que piensa antes de cada combate, la manera en la que entrena, la importancia que le da a las cosas o incluso sus más lejanos e íntimos recuerdos que le hicieron llegar a ser la persona que es hoy. Gay Talese supo perfectamente fotografiar a través de las palabras la vida de este hombre, a priori, sin ningún tipo de relevancia. Así se coronó como un genio no solo de contar historias, sino también de encontrarlas.
La capacidad literaria de Gay Talese llega a unos niveles que consigue incluso relatar de noticioso uno de los oficios más aburridos del mundo a través de su crónica Don malas noticias. El mundo de las necrológicas en los medios de comunicación no es de los más escuchados. Se compone de una serie de redactores que se dedican a escribir pequeños artículos o incluso párrafos sobre la vida de la gente que ha muerto. También escriben algunas de personajes famosos que están llegando a cierta edad y que deben estar listas y actualizadas para cuando llegue el momento. Gay Talese dedica una crónica entera a un redactor que se dedica este oficio: Whitman. Aunque parezca increíble, consigue contar una historia interesante que atrapa al lector. A través de este oficio que no suele interesar a mucha gente hace una reflexión sobre cómo se nos recordará después de muertos a los distintos seres humanos. Qué marca dejamos en el mundo, qué hemos hecho por los demás y por nosotros mismo o incluso que opinaría de nosotros alguien que lea nuestra necrológica en el periódico al día siguiente. Con un tema tan banal consigue plasmar con palabras la preocupación que todo ser humano tiene: la muerte. Es impresionante cómo atrapa al lector entre las distintas anécdotas que va relatando el protagonista Whitman o las reflexiones que este hace, como por ejemplo que un hombre que se dedica a las necrológicas nunca debería leer la suya propia cuando aún siga con vida porque le llenará de inseguridades y dudas que a esas alturas de la historia carece de importancia. Gay Talese consigue que el oficio más aburrido del mundo se convierta en algo parecido a ser espía de personas que están al borde de la muerte, llenándolo de acción.
Y no solo tiene el don de encontrar buenas historias que contar, también consigue crear noticias de cosas que en un principio no se consideran como tal. En su crónica titulada Orígenes de un escritor de no ficción, Gay Talese relata los primeros años de su vida, en específico su infancia y adolescencia hasta que llega a la universidad. En este texto simplemente describe lo que hacía cuando era pequeño, como ayudar a su madre en la tienda, ir a la escuela, empezar a trabajar en periódicos de la zona, etc… Lo curioso es que todo aquello que relata lo relaciona con las capacidades adquiridas. Por ejemplo, dice que su buena capacidad de escuchar la empezó a desarrollar fijándose en cómo su madre hablaba con las clientas que venían a su tienda de ropa. Analizaba a su madre, cómo se quedaba callada esperando siempre a que la otra persona continuase la conversación y prestando atención siempre a los mínimos detalles. También hace hincapié en que no tenía muchas amistades de pequeño, que era un niño bastante solitario y que sus inquietudes no eran las mismas que los niños de su edad. Gay Talese, a través de este texto, intenta explicar cómo acabó siendo como es. Me hizo especial gracia que cuando ya estaba a las puertas de la etapa universitaria, uno de los trabajadores de estas le dijo que no estaba hecho para asistir a la universidad. Aun así, Gay Talese no hizo caso y acabó graduándose. Con esto demuestra que no todos han creído en él desde el principio, y que nunca fue una excepción a la regla. Se tuvo que enfrentar, como todos, a las dudas en torno a sus capacidades. Aun así años después pudo usar esas dudas que le rodeaban para relatar su propia historia. Consigue contar una historia propia y generar en ella un interés que va más allá de las personas, como si se estuviese haciendo un perfil de una persona famosa.
Por último, quería mencionar el primer texto que aparece en el libro, titulado Nueva York, ciudad de cosas inadvertidas. En este, Gay Talese se enfrenta a hacer una especie de perfil, no de una persona en concreto o de un grupo de personas parecidas, si no de describir una ciudad tan grande como es Nueva York. Se trata de un gran reto. Este texto comienza describiendo los personajes de a pie con los que todo el mundo se cruza, como personas yendo a trabajar o mujeres que van a pasear al parque. A través de esas pequeñas descripciones, sumándose una a una, Gay Talese consigue, de nuevo, hacer una fotografía casi idéntica a la ciudad de Nueva York. Una de las cosas que más me llamó la atención a la hora de leer este texto es que se da cuenta de las mínimas cosas que la gente que no se conoce entre sí puede llegar a tener en común. Por ejemplo, dice la cifra de personas que salen a la calle con un ojo de cristal. ¿A quién se le habría ocurrido encontrar esa relación entre desconocidos? Pues a Gay Talese por lo que parece. Esto vuelve a demostrar que la manera en la que este personaje percibe la realidad poco tiene que ver con la del resto. Nació con ojos de periodista, que observa desde el lateral y que se dedica a buscar las uniones de todos los factores que percibe.
Gracias a la recopilación de los distintos textos escritos por este autor que se ha realizado en el libro de Retratos y Encuentros, el lector es capaz de ver la maestría de la escritura de Talese desde distintos puntos de vista. Desde la facilidad de retratar a las personas a través de las palabras, la agudeza a la hora de describir distintos lugares o incluso la capacidad de elevar al nivel de noticioso su propia infancia. Gay Talese cambió la manera de hacer periodismo por una razón, para que este tipo de textos tuvieran cabida dentro del mundo tan rígido del periodismo. Aumentó las fronteras de la literatura, demostrando que era posible que tuviese una función más allá que el mero hecho de ser bella.