Hay dos constantes en la vida, los cambios y los símbolos. Estos últimos forman parte de nuestra cotidianeidad, pero los tenemos tan interiorizados, que uno no se da cuenta de su existencia. Desde memes en las redes sociales, hasta las grandes obras de arte en los museos, todas, están plagadas de símbolos.

Los símbolos hacen referencia a imágenes simbólicas que, según Jung en su libro El hombre y sus símbolos: “representan algo más que su significado inmediato y obvio. Tienen un aspecto “inconsciente” más amplio que nunca está definido con precisión o completamente explicado. Ni se puede esperar definirlo o explicarlo.” Son proyecciones de nuestro propio inconsciente sobre objetos materiales pero que no están definidos del todo porque representan algo que no se puede limitar.

Dentro del ámbito del arte, podemos afirmar que “está plagado de estos símbolos porque hay innumerables cosas más allá del alcance del entendimiento humano, y por ello, usamos constantemente términos simbólicos para representar conceptos que no podemos definir o comprender del todo”. Dicho de manera más simple, aquello que no se puede llegar a comprender debido a su complejidad es convertido en símbolo gracias a nuestro subconsciente. Por esta razón, el arte, una de las mayores formas de expresión de la mente humana, ocurre estar plagado de este fenómeno.

En este ensayo, se hablará acerca del ámbito del arte, centrándose lo más posible en el Siglo XIV, y se explicarán las razones por las cuales en el Renacimiento se vuelve a la simbología clásica, además de centrar el foco en varios ejemplos de símbolos en las obras más representativas de la época.

Siglo XIV, el siglo de las penurias

La motivación para elegir este periodo histórico es bastante simple. En el siglo XIV Europa se ve sumida en una crisis de dimensiones abismales. Además de sufrir una crisis económica, occidente tuvo que enfrentarse a la plaga de la Peste Negra, dejando 70 millones de muertos en todo el continente. Esto supuso una bajada del treinta por ciento de la población, siendo la mayoría campesinos. A consecuencia de esto, la economía agraria se vio muy afectada.

A parte, hubo una crisis dentro de todo el sistema feudal establecido y se empezó a considerar un nuevo sistema de organización para la sociedad. Esto supuso un gran cambio de mentalidad.

Por último, hubo un surgimiento de nuevas formas de literatura y arte, apareciendo así el movimiento renacentista. Esta etapa de la historia del arte provocará un cambio masivo en la mentalidad y los ideales de la sociedad. Por esta razón, se trata de una época digna de estudio.

Desde un punto de vista simbólico, esta situación parece la ideal para que estos fenómenos cobren mucho poder sobre la sociedad, pues, el cambio supone una necesidad de aferrarse a los símbolos ya conocidos. Esto se explicará más adelante.

Si se centra el foco en el Renacimiento, como movimiento artístico, se puede afirmar que se trata de un periodo donde los simbolismos del mundo clásico vuelven a renacer, de aquí su nombre. Vuelven a estar de rabiosa actualidad la obsesión por la proporción perfecta, el hombre como medida de todas las cosas, los temas mitológicos y religiosos (aunque estos últimos pierden importancia) y en general la expresión de las nuevas ideas humanistas que se desarrollaron por Europa. Esto mismo afirma Jung en su cuarto capítulo del libro El hombre y sus símbolos: “Con el alborear del Renacimiento se inició un cambio revolucionario en el concepto que tenía el hombre acerca del mundo. El movimiento “hacia arriba” (que alcanzó su ápice en los finales de la edad media) llegó a invertirse; el hombre regresó a la tierra. Redescubrió las bellezas de la naturaleza y el cuerpo, comenzó la primera circunnavegación del globo terrestre y se demostró que el mundo era una esfera, las leyes de la mecánica y la causalidad se convirtieron en los fundamentos de la ciencia. El mundo de los sentimientos religiosos, de lo irracional y del misticismo, que había desempeñado papel tan importante en los tiempos medievales, iba quedando cada vez más sumergido por los triunfos del pensamiento lógico…. se convirtió en lo que el arte gótico había sido anteriormente: un símbolo verdadero de la espiritualidad de su tiempo”. El Renacimiento fue una época de total cambio en comparación con el arte Gótico, el periodo anterior.

Ejemplos concretos de símbolos en el arte

El arte está plagado de símbolos, y según Jung, “la historia del simbolismo muestra que todo puede asumir significación simbólica, desde los objetos naturales hasta las cosas creadas por el hombre o formas abstractas.” En esta misma línea, este autor afirma en el cuarto capítulo que “el hombre, con su propensión a crear símbolos transforma inconscientemente los objetos o formas en símbolos, dotándolos por tanto de gran importancia psicológica y los expresa ya en su religión o en su arte visual.”

El arte, teniendo en cuenta lo anterior, puede ser considerado como una expresión psicológica de nuestra mente, nuestro inconsciente, nuestros pensamientos o incluso nuestros miedos al cambio. Por tanto, se puede afirmar de forma definitiva que el arte está plagado de símbolos.

El arte, teniendo en cuenta lo anterior, puede ser considerado como una expresión psicológica de nuestra mente, nuestro inconsciente, nuestros pensamientos o incluso nuestros miedos al cambio. Por tanto, se puede afirmar de forma definitiva que el arte está plagado de símbolos.

En primer lugar, en la escultura, vemos grandes similitudes en las composiciones de las obras. Si uno se fija en la obra de David de Miguel Ángel, se ve una escultura en mármol de un hombre, David, con la mirada y la postura tranquila antes de lanzar una piedra a Goliat, cómo narra la mitología. Queda reflejada esa preocupación por la proporción que tenían los antiguos griegos.

En la segunda imagen, Laocoonte y sus hijos, además de ser obvio que se trata de un tema mitológico, igual que la obra renacentista, se puede afirmar que la preocupación por la proporción, así como la maestría con la que se ha llevado a cabo la escultura, son bastante similares.

Los símbolos empleados en estas esculturas se remiten al mito. Por mito se entiende, según Campbell en su libro Tú eres eso: Las metáforas religiosas y su interpretación, “una organización de imágenes simbólicas y relatos, metáforas de las posibilidades de la experiencia humana la consumación de una cultura dada en un momento dado”. Los mitos son un conjunto de imágenes o ideas simbólicas que se usan para explicar aquellos conceptos más complejos que nos encontramos en nuestra existencia y que la mente es incapaz de entender en su totalidad. Cuando esto ocurre, se recurre a los mitos como manera de explicar lo que está sucediendo en el momento preciso. Por tanto, se trata de un símbolo que comparte ambos periodos artísticos.

Por otra parte, en la obra de Laocoonte y sus hijos, se ven unas serpientes intentando asfixiar a las figuras humanas de la escultura. El animal es un símbolo muy concurrido tanto en el arte clásico como en el arte renacentista. Este representa la naturaleza primitiva e instintiva del hombre. “Aun los hombres civilizados tienen que darse cuenta de la violencia de sus impulsos instintivos y de su importancia ante las emociones autónomas que surgen del inconsciente”, afirma Carl G. Jung es su cuarto capítulo del libro. Se trata de un símbolo que intenta simplificar ese sentimiento que tienen los seres humanos muy cercano a los animales de naturaleza primitiva. En cambio, en la escultura de Miguel Ángel, aunque no haya un animal presente en las composiciones, se puede afirmar, que también hay símbolos que muestran ese tipo de sentimientos, puesto que David, está a punto de lanzar la piedra al monstruo Goliat, y en su cara se puede ver esa forma estática pero tensa de que va a dejar salir todos sus instintos animales en la batalla. Aunque no haya un animal que represente ese sentimiento primitivo de los seres humanos, David hace esa función con las expresiones de su rostro.

Centrándonos en la arquitectura, veremos que vuelve a haber paralelismos dentro de las obras, pues, si comparamos las dos arquitecturas, ambas se basan en columnas, frontones y una planta similar. Las semejanzas son innegables.

Las diferencias que encontramos es que, en la obra renacentistas La Basílica de San Pedro, las columnas están sujetas a una pared, y en la obra griega Templo de la Concordia, estas no tienen pared detrás. Esto se debe a que, en la antigüedad, los templos griegos no se cerraban, eran aéreos, porque se consideraba que al haber una pared se estaba encerrando al Dios al que rendía culto la estructura. Por lo tanto, se trata de otro símbolo en esta obra, pues, el miedo a encerrar a un dios inmaterial se ve reflejado en la estructura de esta.

En cambio, en la obra más actual hay paredes, porque, a raíz de la evolución del cristianismo, se vio adecuado cerrar los edificios, porque no se concebía como una limitación. Esto supuso una pequeña variación en el símbolo, pero, aun así, hay un paralelismo evidente, pues el resto de los elementos son casi idénticos.

Por último, quería hacer especial mención al Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci, pues, es un claro ejemplo de la simbología del círculo. Según El hombre y sus símbolos de Carl G. Jung, “el círculo es un símbolo de sí mismo. Expresa la totalidad de la psique en todos sus aspectos, incluidas la relación entre el hombre y el conjunto de la naturaleza.” En esta obra, aparece un hombre, de proporciones perfectas, característica del renacimiento, pero, que está totalmente rodeado por un círculo, siendo este un símbolo de su completamiento definitivo. Este mismo símbolo se puede ver tanto en la arquitectura griega como en la renacentista, y, por lo tanto, se convierte en un símbolo que ambas etapas de arte comparten. Al fin y al cabo, son proyecciones de imágenes arquetípicas que surgen del inconsciente humano hacia el mundo exterior.

¿Por qué la vuelta al pasado?

Después de este pequeño análisis de ejemplos concretos en el arte renacentista, y después de haber dejado claro su paralelismo con los símbolos recurrentes en el arte clásico querría explicar por qué sucedió este fenómeno. ¿Qué llevó a todos los artistas, y en general, a la sociedad de la época a aferrarse a esos símbolos, ya conocidos con anterioridad?

La respuesta a esta pregunta ya existe y se llama nativismo. Este término hace referencia, según el texto Discurso, estrategias e interacciones de Vox en su cuenta oficial de Instagram en las elecciones del 28-A. Derecha radical y redes sociales, a “el culto a la nostalgia, el tradicionalismo y la sumisión a las normas…”. Debido a la crisis en la que estaba sumida Europa, volver a la simbología del pasado parecía racional. Al estar cambiado todo a su alrededor, tanto artistas como ciudadanos acudieron a lo conoció por su mente, aquellos símbolos que ya tenían un significado adscrito.

Esto parece bastante razonable, puesto que, los cambios nunca son fáciles. Desde un punto de vista social los ciudadanos estaban sometidos a muchos cambios, que, a la larga, podrían causar una especie de colapso. Si todos los símbolos que ya conocían pierden su significado, por así decirlo, y tienes que dotarlos de otros nuevos de manera inconsciente, puede ser abrumador. Los cambios asustan, esto es obvio, y de ahí que la vuelta a la simbología antigua sea una manera de sobrellevar estos cambios tan numerosos.

Además, en este mismo texto se afirma que, “El surgimiento de movimientos de mentalidad autoritaria y dogmática es en realidad una “cognición social motivada” (Jost et al., 2003). En situaciones de incertidumbre e inseguridad, amenaza de cambios, incremento de las desigualdades y crisis económica, o en momentos de mayor turbulencia social, el pensamiento autoritario y los partidos de derecha vinculados al mismo, ofrecen compensaciones que se convierten en mayoritarias una vez que empiezan a aparecer los fenómenos de pensamiento grupal (Janis, 1972) y de sectarismo generado por el miedo a la libertad (Fromm, 1941”. Y aunque esta cita está orientada al ámbito político, también puede ser usada en el ámbito artístico del renacimiento.

El Renacimiento no es más que un movimiento, que en vez de dar discursos o querer conseguir votos, muestra la vida mediante distintos símbolos, pero, en realidad es otra manera de sentirse parte de un grupo. Cuando disfrutas de una obra de arte, te sientes parte de algo, de un conjunto de personas, que tienen algo en común. Es una manera, igual que otra, de sentirse parte de algo. El Renacimiento, al estar en un contexto de crisis tan arraigado, provoca que más que nunca sea necesaria una “cognición social motivada’’, como se dice en el texto. Al fin de cuentas, se trata de una época de incertidumbre entre e inseguridad en la que aparece un fenómeno de pensamiento grupal.

Por otra parte, en el libro Tú eres es: Las metáforas religiosas y su interpretación de Joseph Campbell se da otra explicación de la vuelta a los símbolos en época de crisis. En el libro se afirma que, tratando el tema de la Era Espacial, “las personas tienden a aferrarse a aquellos símbolos por grupos de pertenencia que conocían antes del cambio, que queremos aferrarnos al pasado, pues, no podemos continuar hacia el futuro si seguimos viviendo en el pasado.” Si, como afirma el autor, avanzamos socialmente hacia un nuevo sistema de símbolos, porque los viejos ya no funcionan, supone que tenemos que dejar marchar aquello que ya conocemos y entendemos, y que nos hace sentir cómodos porque estamos familiarizados. Obviamente, esto es muy complicado, pues, la sociedad del siglo XIV acababa de salir de un modelo de sociedad muy rígido y estaba viviendo en condiciones deplorables. Es complicado que tengan la suficiente mente fría, por así decirlo, de acabar con todos los símbolos que conocen y reemplazarlos por unos nuevos. Así pues, lo que se hizo, por lo menos en el arte, fue tomar ejemplo del pasado, de lo conocido, de lo familiar.

Además, se habla también, en este mismo libro, que la mitología, en este caso, “tiene la función de transportar al individuo a través de los distintos estadios y crisis de la vida, es decir, ayudar a las personas a entender íntegramente el despliegue de la vida.” Esto, aunque no se refiera directamente a los símbolos, también puede ser encuadrado en el arte, pues, como ya he mencionado anteriormente, uno de los temas centrales de las obras, y ya explicados en este ensayo es la mitología como forma de expresión.

Así pues, por estas razones, se explica la vuelta a la simbología del mundo clásico, ya fuese por miedo al cambio, por familiaridad y seguridad de lo conocido o por los mitos que tienen esa función de ayudar al ser humano a través de los distintos estadios de crisis de la vida como fue el siglo XIV.