Las casas de apuestas en España han adquirido una relevancia en los últimos años que ha superado cualquier expectativa. Según el Instituto Nacional de Estadística, en su publicación de diciembre del 2021, respecto a los datos del año 2020, se han superado los 3.5000 salones de juego en España, estando muchos de ellos concentrados en las mismas zonas territoriales. Teniendo en cuenta lo anterior, y centrándonos en la Comunidad Autónoma de Madrid, vemos, según muestran los datos de Statista, que, en los últimos 7 años, los locales abiertos en los barrios de Aluche, Usera y Puente de Vallecas superan los ya instalados en barrios como Salamanca o Madrid Centro. Por lo tanto, se puede afirmar que hay una concentración latente de este tipo de locales. ¿Pero, por qué ocurre esto?

Según la misma fuente, el “141% de los nuevos locales de casa de apuestas son situados en barrios donde la renta es inferior a 2500 euros en 3 años”. Esto significa que estás salas están situadas en lugares donde la pobreza golpea con más fuerza, y, por lo tanto, se encuentran las personas o familias con mayor necesidad de ingresos. Además, todo Madrid, ha sufrido un “aumento del 40%” de este tipo de locales, según Statista. Es evidente que estamos frente a una plaga que afecta sobre todo a los que menos ingresos obtienen, poniendo en peligro la estabilidad financiera de este tipo de familias.

Por otra parte, en el Informe juventud en España 2020, se afirma que, “entre noviembre de 2019 y junio de 2020, entre uno y dos jóvenes de casa diez tiene exposición cotidiana al juego de azar”. A esto añade que “en los jóvenes entre 15 y 29 años, la edad media de los jóvenes adictos en España es de 23 años, aunque “casi un 15% de los afectados son adictos desde los 18 años””. Es decir, que los mayores afectados tanto de esa exposición como del problema de la adicción se encuentra entre los 18 y 23 años de edad, una época donde no se suelen tener unos ingresos fijos. Por tanto, se pone de manifiesto que son los jóvenes los que más tienen que sufrir estos aumentos de casa de apuestas, pues, son los que más acuden a ellas.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, queda latente que estamos frente a la enfermedad que afecta a los jóvenes durante este siglo XXI, y no se trata de drogas o alcohol, sino de ludopatía. Según el artículo publicado en el ABC España cuenta con la tasa más alta de Europa de ludopatía entre los 14 y 21 años, se afirma que “esta enfermedad afecta al 1% de la población, es decir, que más de 400.000 personas españolas han sufrido este trastorno”. Una cifra bastante preocupante. Y si tenemos en cuenta que una parte latente de esos afectados son jóvenes, como ya se ha puesto de manifiesto en este texto, la cifra impresiona. Pero por desgracia, se trata de una realidad.

La pregunta que debemos hacernos es, ¿es posible prevenir esta adicción?, y si es así, ¿se debe regular la aparición de casas de apuestas en lugares tan concretos? También, sería preciso prestar atención a las medidas que propuso el Ministerio de Consumo el pasado 30 de diciembre de 2020, y si estas son lo suficientemente útiles para erradicar esta nueva enfermedad que está afectando a miles de jóvenes españoles.

En primer lugar, la adicción, aunque es difícil de eliminar al completo, es posible, mediante algunas prácticas, disminuir el número de afectados. Un ejemplo de estas sería regular el tema del DNI a la hora de entrar en todos los establecimientos donde sea posible llevar a cabo apuestas. Pues, es bien sabido por todos que en muchos de estos locales el DNI parece ser algo opcional, cuando no debería ser así. Además, el juego debe de dejar de concebirse como un ocio, pues, muchos jóvenes menores de edad empiezan a apostar en grupo ya que, si lo hacen el resto de sus amigos, parece una práctica “sin peligro”. Aunque el problema empieza ahí, sembrando la semilla de la ludopatía disfrazada de un tiempo de ocio con amigos. Por tanto, son necesarias unas regulaciones que de verdad funcionen a la hora de controlar el acceso a personas mayores de edad, así como también limitar que personas mayores de edad no se presten a postar por menores (otra práctica que se estila mucho entre los más pequeños), y que, por supuesto, el juego sea explicado como un entretenimiento, pero también como una práctica peligrosa de la que se puede volver complicado salir.

En segundo lugar, se debe regular la aparición de casas de apuestas en ciertos lugares con menor renta per cápita, pues, lo que se consigue es que personas con necesidad de ingresos, apuesten su dinero con la idea preconcebida de que se va a multiplicar sin esfuerzo. Esto conlleva que los pobres se acaben haciendo más pobres, pues, pierden los pocos ahorros de los que disponen. Las casas de apuestas se están aprovechando de estos lugares donde hay poca esperanza de conseguir dinero mediante el trabajo, y, esto debe ser limitado. Es inmoral que una empresa se lucre por la desesperación humana, pero más inmoral es que un Gobierno lo permita. Sobre este tema también habla Pablo Simón, en el artículo ya mencionado con anterioridad publicado en Contrainformación.es: “Los hogares más modestos, menos educados, suelen consumir más apuestas en genérico”. Con esto, se demuestra que las clases sociales con menos oportunidades son más propensas a acabar entrando en el mundo del juego del azar. Al fin y al cabo, se trata de personas con pocas opciones y con una información muy limitada, donde solo escuchan que se puede ganar dinero, y esto los ciega a la hora de apostar, eliminando así cualquier límite posible.

En tercer lugar, la medias que han aprobado el Ministerio de Consumo el último año 2020 sobre la publicidad de apuestas y juegos de azar, son un buen comienzo, aunque no suponen la erradicación del problema. Aunque las medias propuestas pueden ayudar a limitar el acceso al juego y la exposición al mismo, no arreglan uno de los grandes problemas: la idea del juego como una actividad social sin ningún tipo de peligro y la facilidad para la gente menor de edad de saltarse los pines parentales en aplicaciones o consiguiendo que gente mayor de edad apueste por ellos. Se tratan de vacíos legales, que, aunque son difíciles de cubrir, es necesario que se eliminen. Aunque, un punto positivo de esta nueva ley es la limitación de publicidad a ciertas franjas horarias, pues, esto provoca que ciertos niños no estén expuestos a este tipo de anuncios, y de esta manera, sea posible que se produzca un distanciamiento entre jóvenes y juegos de azar.

Es necesario una mayor implicación por parte de los gobiernos, tanto nacional como de las Comunidades Autónomas para parar esta silenciosa epidemia que afecta cada vez a más jóvenes. Hay que dar la importancia que tiene esta enfermedad e intentar que nuestro país deje de ser el número uno en lo que a ludopatía se refiere, pues, no se trata de una lista en la que ser los primeros produzca orgullo. La limitación debe ser ahora, directa, y con una efectividad verdadera. No hay tiempo que perder.

Bibliografía

Izquierdo, L. (2021): Un 16,2% de la juventud española juega habitualmente en casas de apuestas. Recuperado de: https://contrainformacion.es/162-juventud-espanola-juega-casas-de-apuestas/

Ministerio de Consumo (2020). La publicidad de apuestas, la fiscalidad a productos no saludables y el endurecimiento de sanciones, entre los cumplimientos de Consumo. Recuperado de: https://consumo.gob.es/es/carrousel/la-publicidad-de-apuestas-la-fiscalidad-productos-no-saludables-y-el-endurecimiento-de

Ponce, G. (2019): España cuenta con la tasa más alta de Europa de ludópatas entre 14 y 21 años. Recuperado de: https://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-espana-cuenta-tasa-mas-alta-europa-ludopatas-entre-14-y-21-anos-201909110151_noticia.html

Statista (2020). Número de salones de juego en España en 2020, por comunidad autónoma. Recuperado de: https://es.statista.com/estadisticas/921796/numero-de-salones-de-juego-por-comunidad-autonoma-espana/

Instituto Nacional de Estadística. Recuperado de: https://www.ine.es/